⊰ transigrafía ⊱
ˑ
NUEVOS BARCOS
ˑ
El pasado viernes 06 de mayo, pude vivir la experiencia de transigrafiar, concepto que trata de transitar por un lugar, percibir su paisajes e ilustrarlos en un soporte, en mi caso lo hice en mi bitácora personal. Observar, reflexionar, resignificar, valorar, escuchar, sentir, oler, degustar, son algunos de los conceptos clave para poder vivir la experiencia.
Antes de comenzar la caminata, nos reunimos todes en un punto de la universidad. Estábamos rodeando un barco maqueta y varias varas de coligue dispuestas en una mesa. Se nos habló brevemente de lo que íbamos a vivenciar, luego nos timbraron a cada une las bitácoras. Se nos hizo entrega de una varita de coligue hermosa, hecha por los ayudantes del ramo y por el profesor. Ellas son ahora nuestras compañeras. Es muy lindo, hasta creo que se parecían a sus dueñxs, estaban predestinadas. Cuando eso terminó, el profesor sacó una botella, "elixir". La dispuso en dos pequeños vasos y nos invitó a cada une a limpiar nuestras miradas con eso. Valoro mucho el hecho de materializar un concepto, vivenciarlo en lo físico. De algún modo despojarnos de nuestras antiguas formas y aventurarnos en otras nuevas.
Luego de esto, nuestros guías tomaron el barco y nos fuimos camino hacia la playa carvallo. Cuando llegamos, el barco fue quemado en la orilla de la playa, mientras Viento recitaba un escrito. Lo que viento decía, y lo que la quema del barco significaba era que no había vuelta atrás, el barco en el que estábamos se hace ceniza y debemos subirnos a otro, el cuál nos llevará a otras tierras, y por supuesto no seremos les mismes de cuando nos subimos a él en un principio. Lo que nos dará las ganas de permanecer en el barco será cada oleaje, cada sensación de viento en la cara. Será el simple hecho de realmente sentir este mundo. Me gustó mucho pensar en que cada día voy creciendo un poco más, y lo mejor es que ese crecer es mayormente en base al arte.
Cuando el discurso se terminó, nos dispusimos a sentarnos a reflexionar la experiencia, reflexionar el paisaje, plasmarlo en nuestras bitácoras. Cada quién se fue donde quería. Yo me senté junto a mi grupo de amigues, mirando al mar. Cuando me senté estaba un poco aturdida, había experimentado tanto, sentido tanto, lo ocurrido, el lugar, no dejaban que mi mente se callara. Tampoco le podía pedir que lo hiciera, hubiese sido totalmente descortés. Era tanto el caos de todo que había en mi, que no me pude concentrar en una cosa para ilustrar, quería retratar todo, lo más rápido posible, para que no se me escapara. Pero era imposible. Quería rapidez, pero era imposible tenerla. Experimenté con los materiales, traté de ilustrar algo, pero no lo sentía sincero. Las cosas que me llamaron la atención del lugar fueron varias. Una roca marina la cual, al recibir olas en ella producía una cascada, lo felices que estábamos todes, las conchitas de mar que seleccionó mi amiga Sofi para mi y para la Anto, fue muy lindo como escogió unas para mi y otras para la Toña, solo porque así lo sintió, me hizo pensar en los vínculos que poco a poco estoy creando, y lo feliz que me hace. El sol tapado por una cantidad perfecta de nubes, en el punto en el cual se podía ver sin que quemara los ojos. Me fijé en los paisajes varios que ofrecía el lugar, desde que pisé la arena de la playa me llené de diversos sentires provocados por ellos: el viento del mar en la cara, su olor, los sonidos, sus texturas... y allí llegué al pensamiento de que un paisaje no es sólo algo que se mira, los paisajes tienen que ver con todos los sentidos los cuales poseemos. Primamos la mirada por sobre todos ellos, y es triste. Me fui del lugar demasiado contenta, mi corazón enormemente agradecido.
Insatisfecha por no poder haber ilustrado nada que me gustara, volví a ir al lugar otro día, esta vez sola. Me senté en el mismo lugar, y me puse a escribir con la tinta china y el coligue. Escribí un montón, esta vez si lo sentí de corazón. Dibujé una imagen de ese día, de unes chiques sentades sobre una ruina dibujando. También dibujé el efecto visual del calor que producía el fuego en el agua, me pareció interesante. Pensé en como la tinta china nos enseña la esperar, debemos esperar a que seque para que no se arruinen las hojas, y en esa espera seguir reflexionando. Este día encontré un objeto, al principio, había tomado dos piedritas de mar, una roja y la otra anaranjada, eran hermosas. Al sacarlas de donde estaban, su color se puso opaco, y me dió pena, porque al no poder hablar no me pueden decir si quieren que las conserve o no. Al final, por instinto propio las dejé donde estaban antes, creo que el mar las aprecia mejor que yo. Luego, al lado de donde me instalé, había una roca que me llamaba, la cual era de colores verdes y grises, y que me ayudó a que las hojas no se me volaran ni se mancharan, ahora, somos amigues. Creo que es importante darse tiempos para procesar lo vivido y entender que todes trabajamos a diferentes ritmos. Es importante escucharnos.
Creo que une artista siempre transigrafía, les seres vivxs estamos siempre rodeades de diversos paisajes, el trabajo del artista es realmente observarlos y resignificarlos. También pienso en como siempre al transitar de un lugar hacia otro estamos mutando y con ello creciendo. Fué una experiencia maravillosa, pienso también en que fué una experiencia simple, solamente observamos nuestro entorno y lo dibujamos. Pero no estamos acostumbrades a contemplar, eso es triste, nos perdemos de tanto. Valoro mucho que nos hayan hecho volver a conectar. Con el paisaje, con nosotres, con nuestra creatividad hurtada por la exigencia académica, con los materiales, con la mirada.
Infinitas gracias por todo ello <3
Hola buenas! Siento que no tengo nada que agregar jajja, está completísima esta entrada, se nota el compromiso en la apertura a la experiencia en tu proceso de asimilación y de acción. Muy bellos tus registros, con mucho corazón.
ResponderBorrarSaludos!